Hasier Oleaga
A pesar de su juventud, hemos ido recogiendo valiosas muestras del talento de Hasier Oleaga desde hace más de diez años, antes aún de su debut con Sant Pau 44 (Errabal 002). Sólido e imaginativo tras los parches -capaz de colorear con gran personalidad contextos tan distantes entre sí como The Heckler o el quinteto de Teresa Zabalza-, y con un espíritu indómito e inquieto, que le ha llevado a explorar a fondo tanto las posibilidades expresivas de su instrumento como su propia voz dentro de la música contemporánea, ligada en mayor o menor medida con el jazz. Esa natural predisposición y su rango como músico de primer nivel en Euskadi, le han permitido colaborar con algunas de las voces más autorizadas de la cultura popular euskaldun, como Ruper Ordorika o Mikel Laboa, quienes sin duda han acrecentado su amor por las canciones y las melodías sencillas que brotan del corazón, tan evidente en esta grabación (y, en especial, en Hamairugarrena).
Este es uno de los muchos discos que Hasier podía ofrecer como autor, pero indudablemente es él en toda su grandeza y modestia. Todo adquiere sentido en esta grabación panorámica, que recoge gran parte de sus intereses musicales en un ambiente de confianza: el grupo de colaboradores reúne a algunos de sus mentores –Iñaki Salvador, Mikel Andueza- con varios compañeros de recientes aventuras, como Jorge Abadías y Julen Izarra (Nevermind Trío), Fernando Neira (Ruper Ordorika) o Jon Piris (Miguel Salvador Project), dosificando su protagonismo en diferentes formatos: trío, cuarteto, quinteto…